30 de agosto de 2012

La reelección, operativo distraccionista

A esta altura es claro que el kirchnerismo ha lanzado una campaña para ir por la reelección de Cristina Kirchner. Se va armando, así, un “operativo clamor”, que opera por aproximaciones sucesivas. Algunos piden abiertamente la reelección otros limitan sus pronunciamientos a la necesidad de una reforma constitucional, con el pretexto, burdo, de “consolidar” los avances sociales logrados por el kirchnerismo.

1994-2012

Los partidarios de la reforma constitucional plantean que las modificaciones del último período entran en contradicción con la matriz neoliberal de la actual Constitución, hija del pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín. Pasan por alto el apoyo activo de los K al adefesio neoliberal. Ahora, los que votaron la reforma de 1994 (Garré, Abal Medina, Pino Solanas) serían los llamados a darle “cristina” sepultura -aunque no está previsto separar a la Iglesia del Estado.

¿Qué medidas de estos nueve años justificarían una reforma constitucional? No es, claro, el 82% móvil, que la presidenta vetó y considera inviable. La “Argentina kirchnerista” paga 1.800 pesos al 80% de los jubilados. Tampoco un salario mínimo igual a la canasta familiar. ¿La “asignación universal por hijo”?, la pagan los jubilados, no los banqueros. En lo que concierne a la defensa del medio ambiente, el gobierno es un defensor acérrimo de la megaminería y la soja contaminante. Otro tanto ocurre con planteos que versean sobre la responsabilidad del Estado en los servicios públicos, pues han sido el sambenito para otorgar subsidios millonarios a las empresas privatizadas, produciendo una quiebra fiscal del Estado.Los defensores de la reforma plantean anular la propiedad de las provincias sobre el subsuelo, que fuera impulsada por el repsoliano Néstor Kirchner. Pero la propiedad del subsuelo en manos del Estado nacional no es un antídoto contra el entreguismo. Ahora mismo, el Estado nacional está buscando de manera denodada alianzas con los grandes monopolios petroleros internacionales.

Gobierno por decreto

La reforma de 1994 le dio carácter constitucional a los “decretos de necesidad y urgencia” y al veto parcial de las leyes por parte del Poder Ejecutivo. En la misma línea autorizó al poder Legislativo a delegar amplísimas funciones en el Poder Ejecutivo. No será este ‘unicato’ lo que querrá superar Carta Abierta.

El juez de la Corte Suprema, Zaffaroni, plantea que es necesario pasar a un régimen parlamentario, pero existe una fundada sospecha de que se trata un Plan B, para el caso de que no prospere la re-re. El kirchnerismo funciona como un gobierno por decreto y como si el país estuviera en ‘estado de excepción’. Carta Abierta critica el “bonapartismo mediático”, pero no se entiende si quiere decir que Clarín es el árbitro de la política nacional, o si el bonapartismo de CFK es un invento de la Corpo.

Sin Scioli, no

La reforma constitucional solamente podría concretarse si la apoya la derecha del oficialismo. Por eso CFK ordenó parar por el momento la ofensiva contra Daniel Scioli. La izquierda K oculta la participación necesaria de la derecha. Claro que, en el medio, está el choque inminente con Clarín, que podría desbaratar la tregua. Para Clarín, la re-re es un regalo del cielo, porque podrá presentar los ataques que reciba como parte de una campaña autoritaria y continuista. Van der Kooy escribió, el último domingo, que la oposición a la re-re es ideal para unir a la oposición. Clarín piensa en sí mismo.

La re-re es una maniobra distraccionista para sacar de la agenda del país el derrumbe del ‘modelo’ y las cuestiones sociales y reivindicativas.

La oposición

El gobierno buscará explotar hasta el final las contradicciones de la oposición; una parte de ella ha votado la mayor parte sus medidas de emergencia (UCR, FAP, Proyecto Sur, peronistas sueltos). La sola promesa de una reversión de la propiedad del subsuelo de las provincias a la Nación alcanzaria para que Pino Solanas y sus diputados se sumen a la onda re-re. Por derecha, el gobierno ya ha sumado al diputado salteño Olmedo, un sojero denunciado por trabajo esclavo en sus fincas. Los radicales temen que tres de sus senadores sean la llave para que el kirchnerismo logre los dos tercios. A Macri lo corren con el juicio oral por las escuchas del espía Ciro James.

Desarrollar una alternativa

El gobierno responde con medidas de ‘emergencia’ a las tendencias a la disgregación creadas por la bancarrota capitalista y el agotamiento del “modelo productivo”. El parate industrial, la inflación creciente, la caída del poder adquisitivo del salario y las jubilaciones y el deterioro de los servicios públicos golpean duramente sobre las masas. El salvataje de los grupos capitalistas en quiebra procede mediante tarifazos y devaluaciones (petróleo y electricidad).

La re-re es un artificio distraccionista. En oposición a esta campaña planteamos la abolición del impuesto al salario, la recuperación del salario familiar, la nacionalización de las empresas de servicios privatizadas, sin compensación; un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, 82% móvil. El desarrollo de la izquierda revolucionaria no puede proceder de un enfrentamiento discursivo sino de una campaña por un plan de lucha. Mirémonos en el espejo de los K de Brasil, que enfrentan luchas extraordinarias de trabajadores estatales, en las vísperas de la campaña por paritarias de todo el proletariado industrial.

Gabriel Solano