El lunes 17, en varios países del mundo y frente a su propia casa matriz en Missouri, se realizaron movilizaciones contra la empresa yanqui Monsanto, quien tiene el dominio mundial de la producción de agroquímicos y de semillas transgénicas.
En Córdoba la movilización fue masiva. Estuvo reforzada por la inminente instalación de tres plantas de Monsanto, una de ellas en la localidad de Malvinas Argentinas -Gran Córdoba- dedicada a la producción de semillas de maíz. Las otras están proyectadas en Río Cuarto.
Los vecinos de Malvinas han sido el gran motor de esta marcha contra la instalación de la planta. A este reclamo se ha sumado el rechazo a la modificación de la ley de semillas, prometida por el gobierno K a las empresas internacionales.
El gobierno de De la Sota aparece a la cabeza de la defensa de la instalación de la planta; rechaza las posibilidades de contaminación con el argumento de que la planta sólo se dedicaría a la producción de semillas. Unos días de después de la movilización, un estudio internacional asegura que los alimentos resultados de manipulaciones genéticas producen cáncer en el mediano y largo plazo.
El kirchnerismo local salió a atacar a De la Sota por la instalación de Monsanto; se produjeron cruces entre los ministros de Industria y de Agricultura provinciales y la rectora de la UNC, Carolina Scotto, que por ahora encabezaría la lista de diputados nacionales por el kirchnerismo. La pelea quiere ocultar que Cristina, hace casi un año, anunció y saludó desde Nueva York la instalación de Monsanto en Córdoba. Además la reciente autorización para que Monsanto monitoree el uso de su último producto y las promesas de modificación de la ley de semillas completan el vínculo estrecho entre los K y la empresa.
Para completar el combo político, el intendente de Malvinas Argentinas -de la UCR- desoye las protestas de la comisión de vecinos, que reclama una consulta vinculante.
Fuera Monsanto. Por la nacionalización de la producción de semillas y de los agrotóxicos bajo control de trabajadores y organizaciones defensoras del ambiente.
Eduardo Salas