9 de mayo de 2008

CONFLICTO AGRARIO

POR UNA SALIDA DE LA CLASE OBRERA

El famoso diálogo entre el frente patronal agrario y el gobierno se ha vuelto a romper.

El gobierno quiere seguir metiendo mano en las fabulosas ganancias del ‘campo' porque de otro modo no puede continuar pagando la deuda externa. El capital agrario defiende su renta, que no sale de otro lado que de la crisis de oferta alimentaria a nivel internacional.

Ni el llamado ‘campo' ni el gobierno se ocupan del tercer protagonista del negocio: los pulpos exportadores y los monopolios de los insumos que usa el campo, que se quedan con la parte del león de toda la renta, así como los monopolios comerciales internos y los supermercados.

No solamente asistimos a una lucha entre intereses capitalistas sino que son estos intereses los que impiden una salida.

Pero esa salida es en extremo sencilla: si, por un lado, se nacionaliza a los pulpos comerciales y los puertos privados y privatizados y, por el otro, se pone fin a la sangría de la deuda externa y se nacionalizan los bancos, el ahorro nacional resultante podría ser distribuido de acuerdo con una contabilidad que tenga en cuenta los costos reales de la producción, de conformidad con un plan de desarrollo de las fuerzas productivas y de elevación de la condición material y moral de las masas trabajadoras.

Esta es la única salida ‘nacional' y ‘popular' que esquiva el gobierno que se arroga ese título.

La salida solamente puede venir de la clase obrera.

En lugar de oficiar de furgones de cola del gobierno, la CGT y la CTA deberían convocar a un congreso de trabajadores para definir nuestro programa ante el país, en especial con la participación de las bases de los obreros y peones rurales.

Jorge Altamira