Para salir del atolladero del "Fondo del Bicentenario", el gobierno ha resuelto un autogolpe. La presidenta se presentó ante el Congreso con el manoteo de las reservas ya consumado. El autogolpe quiere asegurarle a los especuladores internacionales que la deuda externa será pagada a cualquier precio. Por eso, la bolsa de valores saludó con una suba el decretazo presidencial. Pero la sustracción de las reservas no salva al kirchnerismo de una bancarrota en regla: En el debe del Estado nacional, de las provincias y municipios en rojo, se acumula un quebranto equivalente a varios "fondos del bicentenario". Al decretazo le seguirá un ajuste en regla contra la educación, la salud y los trabajadores.
La oposición ha replicado con un contragolpe judicial. Pero comparte la orientación de fondo del autogolpe oficial, o sea, asegurar el pago de los compromisos fraudulentos de la deuda. Pretende retener las reservas para financiar una fuga de capitales que ya se está produciendo y reclama un consenso parlamentario en auxilio de las camarillas capitalistas de las provincias y de sus estados en quiebra.
Contra el autogolpe oficial y las conspiraciones de la oposición parlamentaria, defendamos una orientación y un programa propio de los trabajadores: No pagar la deuda externa, defender el salario y todas las conquistas obreras, que la crisis de los capitalistas y de su estado la paguen los capitalistas.